“El
origen del absolutismo monárquico”
Desde
el siglo XIII, la autoridad de las monarquías de Europa occidental se fue
fortaleciendo.
Como
recordarán para consolidar la autoridad real, esas monarquías tuvieron que
enfrentarse con la nobleza feudal.
Finalmente,
en el siglo XV se consolidó un nuevo tipo de estado, el moderno, cuyas
características son las siguientes;
- La centralización del poder político y
su concentración en un soberano- el rey o príncipe- que era el único que tomaba
las decisiones.
- La obligación de la obediencia al rey
por parte de todos los habitantes del territorio del reino
- La creación y utilización de
instrumentos nuevos para asegurar la obediencia al poder centralizado: las
nuevas instituciones como el derecho, la burocracia administrativa, el ejército
y la diplomacia entre otras.
Ahora
bien la consolidación de este nuevo tipo de estado va a culminar en el
establecimiento de monarquías absolutistas: las cuales son una forma de
gobierno en la cual el Rey tenía un poder casi ilimitado, y la fuente de su
poder, se decía, provenía de la voluntad de Dios.
Un ejemplo de
Monarquía absolutista es el caso francés, donde el rey Luis XIV, más conocido
como el Rey Sol, quien accedió al trono francés en 1643 y creó una monarquía
fuertemente centralizada donde su concepción del poder se basaba en su origen
divino, y decía “EL ESTADO SOY YO”
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